Nuestra universidad se ha caracterizado, especialmente en los últimos años, por implementar una serie de decisiones estratégicas con el propósito de favorecer la inclusión de los jóvenes de La Araucanía a la educación Superior: Programa propedéutico, PACE, talentos técnicos, talentos pedagógicos. Lo anterior, en el marco de su compromiso católico y regional de ocuparse y favorecer a los desposeídos y a los más necesitados.
Más recientemente hemos iniciado una labor dirigida a ofrecer oportunidades a jóvenes en situación de discapacidad.
¡Qué duda cabe que hay que generar políticas de ayuda e inclusión!; que hay que derribar barreras contextuales, físicas, de infraestructura y sociales! Sin embargo, más importante aun que ello, es el trabajo con toda la comunidad. Todos nosotros necesitamos más conocimiento, más sensibilidad, más amor, para entender el tema; para comprender la trascendente misión que estas personas tienen en nuestras sociedades y desarrollar la capacidad de convivir y compartir con quienes tienen otras capacidades-discapacidades, pero que cuentan con idéntica dignidad otorgada por nuestro Padre.
La universidad ha creado un Comité para la Integración de estudiantes con Discapacidad, (CID), integrado por funcionarios voluntarios; cuenta también con el Centro de Recursos Tecnológicos Inclusivos (CERETI), ambas instancias, con el expreso objetivo de garantizar la igualdad de oportunidades de los estudiantes en situación de discapacidad de la UC Temuco, contribuyendo a suprimir o disminuir las barreras para el acceso, la participación y el aprendizaje. El CERETI cuenta con tecnologías asistidas que favorecen el acceso a la información de los estudiantes con discapacidad auditiva, visual y motora. Brinda apoyos pedagógicos a dichos estudiantes y colabora con las unidades académicas en la realización de las adecuaciones curriculares pertinentes.
Pese a todas las apariencias, incluso limitaciones motoras, auditivas, visuales, conductuales, hemiplejia, y tantas otras, «…la vida es y será siempre un bien…» (EV,34), porque ella no es la realidad última; sino realidad penúltima para quienes creemos en la resurrección y en la Vida Eterna.
Esta apertura y preocupación por la temática ha hecho posible que hoy 5 estudiantes con discapacidad visual, 4 con discapacidad auditiva, 11 con discapacidad motora y 1 estudiante con asperger formen parte de nuestros alumnos de pregrado.
¡Qué alegría poder dar cuenta de esta preciosa y silenciosa labor que la institución realiza en el marco de su compromiso social e inclusivo!
Arturo Hernández Sallés.
Prorrector